El 19 de noviembre de 1936 nacía Yuan T. Lee, químico taiwanés galardonado con el Premio Nobel de Química en 1986, junto con su colaborador Dudley R.Herschbach y el químico canadiense John C. Polanyi, por el desarrollo de la dinámica de procesos químicos elementales.
En la naturaleza tanto la materia viva como la inerte sufren continuamente procesos de transformación; la formación de las rocas, la erosión química de las aguas, el nacimiento de una planta o la respiración de un mamífero son procesos apreciables que suponen cambios a escala molecular. Todos ellos, más allá de sus diferencias, tienen algo en común: implican reacciones químicas, que son responsables de los cambios materiales apreciables a simple vista.
La industria química utiliza sustancias, ya sean naturales o producidas por ella misma, para obtener sustancias nuevas: jabones, detergentes, cosméticos, pinturas, abonos, fármacos, tintas, plásticos, gomas, fibras y otros productos que nos rodean habitualmente. Algunas reacciones químicas producen efectos espectaculares: un cambio de color, un desprendimiento de energía o la explosión de los gases.
En el taller «Magia Química» de Ciencia a Escena en el Museo, los participantes pueden ver, entre otros sorprendentes efectos y reacciones químicas, cómo se convierte el agua en vino, se pone en marcha un reloj con zumo de naranja o cómo un billete arde pero no se quema. El público comprueba que la química no es magia pero a veces lo parece y que las reacciones químicas están continuamente a nuestro alrededor de forma natural o provocada.