Las noches de invierno son largas, mucho más que las de verano. Por ello son especialmente propicias para que se nos pasen las horas contemplando el firmamento tal como te animamos a a hacer en las sesiones de planetario de «Las Nocturnas de Invierno» en el Hemisfèric, que comienza el próximo sábado. 

Pero ¿por qué son tan largas estas noches invernales, especialmente la del 21 de diciembre, la noche más larga del año? La explicación tiene que ver con los solsticios y el grado de inclinación del eje de nuestro planeta con respecto a su órbita alrededor del Sol.

La Tierra gira alrededor del Sol a la vez que gira sobre su propio eje (una especie de línea recta imaginaria que la atraviesa por los polos). Lo que ocurre es que este eje no es perpendicular a su órbita , sino que presenta un ángulo de unos 23 grados y medio. La Tierra está pues «inclinada», pero además no siempre de la misma forma. Durante una parte del año -de marzo a septiembre-, el hemisferio norte está «inclinado» hacia el Sol; por eso sus temperaturas son más cálidas y los días, más largos.

Cuando el punto norte del eje imaginario del planeta está apuntando más directamente al Sol, en el mismo hemisferio se observa el día más largo del año y la noche más corta; a esto se le llama solsticio de verano. De la misma manera, cuando el punto sur de dicho eje apunta más directamente al Sol, el hemisferio norte experimenta la noche más larga y el día más corto del año, lo que se conoce con el nombre de solsticio de invierno.

Esto es justamente lo que ocurre el 21 de diciembre. Y exactamente a las 12 horas y 12 minutos -hora peninsular, según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional, en ese preciso momento comenzará «oficialmente» el invierno. Esta estación, la más corta del año desde hace algunos siglos, durará 88 días y 23 horas, y terminará el 20 de marzo de 2013 con el comienzo de la primavera, tal y como informan en la web de Instituto Geográfico Nacional dependiente del Ministerio de Fomento.

¿Qué pasa en el cielo en invierno?

Durante esta estación podemos contemplar a simple vista, y siempre que no haya contaminación lumínica, las doce estrellas más brillantes del cielo que son visibles desde nuestra latitud: Sirio, Arturo, Vega, Capela, Rígel, Proción, Betelgeuse, Altair, Aldebarán, Antares, Espiga y Pólux. Precisamente de algunas de ellas se habla en la sesión de planetario.

Y los amantes de las lluvias de meteoros tienen una cita importante con el cielo nocturno el 3 de enero, momento en el que se alcanzará el máximo en la lluvia de las Cuadrántidas, cuyo origen no está del todo claro (lleva el nombre de una constelación extinta donde se sitúa su radiante, Quadra Muralis).Con un poco de suerte podremos llegar a ver hasta tres estrellas fugaces por minuto justo antes del amanecer.

Más información sobre el inicio astronómico del invierno 2012 en la web de Instituto Geográfico Nacional