La Edad Media en Europa Occidental se considera un periodo de oscuridad entre las luces del Imperio romano y del Renacimiento posterior. La ciencia y la cultura estaban reducidos a los monasterios y su patrimonio correspondía a las pocas personas que sabían leer y escribir. Todo esto es cierto, al menos parcialmente, pero también es cierto que la curiosidad humana seguía viva durante estos siglos y la gente miraba al cielo buscando cambios y apreciando las maravillas que ocurrían. Eclipses solares y lunares, cometas, nuevas estrellas, ocultaciones de planetas por la Luna, lluvias de estrellas, todo fue recogido en las crónicas de la época y por autores que no eran astrónomos. Lo sorprendente es que estos registros nos ayudan a entender teorías astronómicas actuales y pueden proporcionar resultados tan sorprendentes como que la rotación de la Tierra sobre su eje va haciéndose progresivamente más lenta o que la Luna se aleja de nosotros unos pocos centímetros cada año.
Hablamos de todos estos fenómenos y su relación entre la historia medieval y la mecánica celeste con Mª José Martínez Usó, experta del departamento de Matemática Aplicada, de la Universitat Politècnica de València, que tenía previsto participar este mes en nuestro ciclo de Astronomía con la conferencia «Cuando moría el Sol y llovía las estrellas. Utilidad de las observaciones astronómicas medievales para la astronomía actual».
– Licenciada en Matemáticas, especialidad Mecánica Celeste, y licenciada en Historia. ¿Qué ha significado para usted dedicarse a la investigación en Historia de la Astronomía?
Unir dos pasiones. Desde siempre me ha interesado por igual el estudio de la Historia y el de la Astronomía, sobre todo en su parte matemática. Descubrir que podía hacer las dos cosas a la vez y obtener resultados significativos para ambas fue fantástico.
– Se ha especializado en la búsqueda de registros astronómicos en fuentes escritas medievales. ¿Quiénes eran sus protagonistas y qué fenómenos observaron?
Lo primero que debería decir es que tenemos una visión sesgada de la Edad Media, en el sentido de que se nos ha inculcado una visión oscura de un mundo brutal, ignorante y supersticioso. Esto es una creación del siglo XIX y habría que matizarla mucho.
Es cierto que hubo un retroceso social y económico y que la cultura buscó refugio principalmente en los monasterios, pero no desapareció. Se continuaron copiando obras de determinados autores clásicos y algunos autores produjeron manuscritos que trataban de combatir las supersticiones que atribuían a la mano divina los fenómenos astronómicos.
Nosotros buscamos registros de fenómenos astronómicos en fuentes medievales narrativas, como las crónicas. Esto nos lleva a trabajar con autores que muchas veces no han sido testigos de los hechos que narran pero que no son, de ninguna manera, gente ignorante. Tienen cierta cultura y no siempre son monjes. A veces son lo que podríamos llamar secretarios que tienen que levantar acta de alguna actividad y aprovechan para señalar que ese día se produjo un fenómeno que les llamó la atención. Esto nos supone a veces un problema porque estas personas no son astrónomos, sino gente común que describe algo llamativo con palabras de la calle y de aquí tenemos que sacar datos válidos.
Durante el mes de abril se da el periodo de actividad de las Líridas, ¿existen documentos que muestren que esta lluvia de estrellas ya fue observada en época medieval?
En el mes de abril tenemos ocasión de disfrutar de una de las lluvias de estrellas periódicas que año tras año retoman su actividad. En este caso, se da entre el 16 y el 30 de abril con un periodo máximo que se sitúa aproximadamente en la noche del 22 al 23 de abril. No es una lluvia de estrellas especialmente abundante, tiene una tasa media de estrellas de unas 20 por hora, aunque puede dar sorpresas.
Tenemos suerte, porque la Luna está cerca de su fase de Luna Nueva y no molestará la visión. Para poder verla en Valencia hay que esperar a que la constelación de Lyra aparezca por el horizonte, hacia el NE, sobre las 22:30 ya que el radiante, es decir el punto desde donde parece que surjan los meteoros, está cerca de Vega, la estrella más brillante de esa constelación. Si alguien tiene suficiente paciencia, sobre las 4:30 de la mañana Vega es la estrella más brillante que estará justo sobre su cabeza.
En cuanto a si se registraron durante la Edad Media, la verdad es que sí. Lamentablemente, en la Península Ibérica no hemos encontrado ninguna referencia más allá de algún meteoro esporádico, pero en el resto de Europa tenemos varias crónicas que las mencionan y nos proporcionan informaciones muy interesantes como, por ejemplo, que alrededor del año 1094 se produjeron varios máximos espectaculares en los que se llegó a escribir que “En el mes de abril en todo el mundo se vieron caer innumerables estrellas como lluvia”
– En Europa, España… ¿Qué otros fenómenos se registraron en la Edad Media? ¿Hay alguna destacado en la Comunidad Valenciana?
En España tenemos multitud de crónicas, procedentes desde prácticamente todos los rincones de la península, en las que aparecen fenómenos astronómicos y tenemos también algo que no existe en prácticamente ningún otro lugar del mundo: registros sobre piedra de eclipses solares. Que nosotros sepamos en toda Europa solo hay cuatro registros de ese tipo: uno en Sos del Rey Católico, dos en Soria y otro en Marola (Italia). De ellos el más espectacular es el de Sos del Rey católico. Se trata de unas pocas líneas grabadas en una dovela del portal de la plaza del mercado y se puede leer: “En la hora prima del 17 de septiembre del año de Nuestro Señor Jesucristo de 1354, se oscureció el sol”
Los guías de Sos suelen incluirlo en las visitas guiadas y vale la pena acercarse a verlo, no solo por el registro sino porque Sos está declarado uno de los pueblos más bonitos de España.
Lamentablemente, en la Comunidad Valenciana no tenemos algo parecido, pero sí hemos encontrado algunas referencias a fenómenos astronómicos, como el eclipse total de sol que cuenta el rey Jaime I en su “Llibre dels Fets” o nuestro favorito, un meteorito que se vio en Segorbe en el año 1496 y que se recoge en el “Llibre de noticies de la ciutat de Valencia desde el any 1306 al de 1535”
– ¿Cómo contribuyó el Rey Alfonso X el Sabio con sus Libros del Saber de Astronomía?
Alfonso X el Sabio fue un gran impulsor de la cultura en general. Es importantísimo el apoyo que prestó para que se tradujeran textos árabes y hebreos al castellano, pero si hablamos de Astronomía tenemos que destacar dos obras: los «Libros del Saber de Astrología», que viene a ser un todo un tratado astronómico del siglo XIII; y las «Tablas Alfonsíes» Las tablas astronómicas facilitaban los cálculos necesarios para poder determinar las posiciones de los planetas, del Sol y la Luna. Estas “Tablas Alfonsíes” tuvieron una enorme influencia en toda Europa y estuvieron en uso tres siglos.
– ¿Cómo vivían en aquella época fenómenos como los eclipses de Sol desde diferentes culturas?
Si ahora todo el mundo sabe qué es un eclipse o un cometa y, aun así, un eclipse total de sol es una experiencia impresionante, solo podemos imaginar qué significaría para las gentes medievales algo como que el sol desapareciera durante varios minutos.
Hay que tener en cuenta que entre las señales del Apocalipsis estaba la desaparición del Sol, las tinieblas en pleno día, la caída de estrellas… fenómenos astronómicos inexplicables para la gente normal de la época. Así que, desde luego, vivirían con mucho miedo todas estas situaciones. A esto ayudaba que los fenómenos astronómicos se interpretaban como signos o presagios, casi siempre negativos, de algún acontecimiento futuro.
En otras culturas, tenemos explicaciones que nos dicen mucho sobre el modo de vida o las costumbres de otros pueblos, como los dragones de fuego o de aire que se tragan el sol o la Luna en China durante un eclipse.
– ¿Por qué las observaciones medievales son de interés para la astronomía actual?
En general, porque nos permiten comprobar teorías astronómicas a medio plazo. En particular, el estudio de antiguos eclipses de sol nos lleva a obtener determinar parámetros que no pueden calcularse de forma directa y que nos dicen, por ejemplo, que la duración del día es variable, tendiendo a hacerse más larga; o que la Luna se aleja de nuestro planeta progresivamente. Esto no tiene importancia en un periodo corto de tiempo, incluso si ese periodo de tiempo es una vida humana, pero la cosa cambia si el periodo de tiempo se mide en siglos o en milenios.
– ¿Qué relación guarda con la rotación de la Tierra?
Como he mencionado, el estudio de antiguos eclipses confirma la teoría de que la duración del día aumenta progresivamente. El eclipse de Sos del Rey Católico es un ejemplo en el que hemos comprobado esto. Se trata de un eclipse muy especial, no solo históricamente hablando, sino también desde el punto de vista astronómico. Fue un eclipse de los que se llaman “híbridos”, con lo que la zona de la superficie de la Tierra en la que se percibió como total o casi total fue muy estrecha y eso nos permite refinar bastante los cálculos en los que se use este registro.
– ¿Hay también referencias a «bólidos» o «lluvias de estrellas»?
Sí, y bastantes de ellas proceden de la península Ibérica. Los bólidos suelen ser “estrellas que se mueven y atraviesan el cielo” y para las lluvias de estrellas se suele gastar un lenguaje muy poético tipo “las estrellas caían del cielo como lluvia”
Pero no solo hay bólidos y lluvias de estrellas, también encontramos novas, supernovas, cometas… cualquier acontecimiento que se saliera de lo habitual era registrado.