Personal investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), de la Asociación Mesura y del grupo Aireamos han monitorizado la calidad ambiental del Museu de les Ciències y l'Hemisfèric para poder verificar la ventilación de sus espacios, asociada al riesgo de contagio por aerosoles de enfermedades que se transmiten por el aire, como la COVID-19.
El estudio ha consistido en la toma de datos masivos de CO2, temperatura y humedad durante 15 días en diferentes espacios del Museu de les Ciències y del Hemisfèric. Para ello, se han instalado medidores de CO2 en varias exposiciones y salas del Museu de les Ciències y el Hemisfèric.
Los resultados muestran que, con los aforos actuales de visitantes, nunca se sobrepasaron los niveles de CO2 que indican mala ventilación y que son considerados como indicador indirecto de mayor riesgo de contagio por COVID-19. En concreto, las salas se mantuvieron en todo momento muy por debajo del límite recomendado de 700 ppm de CO2.
El ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, que ha conocido este jueves el sistema instalado, ha destacado «la importancia de este tipo de sistemas para aportar seguridad a los visitantes a museos en el contexto actual».
El sistema se basa en el trabajo realizado por la investigadora de IDAEA-CSIC Mari Cruz Minguillón para adaptar las guías de ventilación de la Universidad de Harvard y los estudios realizados en colegios de la Comunidad Valenciana por la Asociación Mesura en centros educativos. De este trabajo nacieron estas guías de ventilación en colegios del CSIC y el Ministerio de Ciencia e Innovación y de las que se hizo eco el Ministerio de Sanidad, y que son la referencia utilizada para la adaptación de la ventilación de cualquier espacio cerrado.
El Museo de las Ciencias y el Hemisfèric han servido así de referencia para la adecuada gestión de la ventilación/renovación aire en espacios interiores como lugares que protegen la salud y la de los que nos rodean.
Este sistema de monitorización de datos continuará operativo en los dos espacios y puede ser aplicada de manera muy sencilla a cualquier museo o centro cultural donde se comparte el aire que se respira. Es una manera fácil de evaluar y minimizar el riesgo de edificios de pública concurrencia.