Más allá de la realidad o de la leyenda, las pirámides representan estructuras majestuosas, siempre rodeadas por un halo de misterio y secretos no desvelados…Vestigios de la cultura del Antiguo Egipto y emblemas de esta civilización que creía en otra vida después de la muerte terrenal.

El egiptólogo José Lull ha participado en el Museo de las Ciencias en el debate para estudiantes de la ESO ‘Pregúntale a un científico. El ‘Ocean’s Eleven’ del Antiguo Egipto’, dentro del ciclo, gratuito previa inscripción, «A ciencia cierta», que patrocina Cafés Lavazza.

Lull descubre, en el marco de la exposición 'Indiana Jones™ y la Aventura de la Arqueología', un poco más estos enormes templos que son las pirámides del Antiguo Egipto y las creencias que existían alrededor de la muerte y el paso de la persona a la otra vida.

-Como egiptólogo, habrá tenido la ocasión de visitar estos templos en numerosas ocasiones. ¿Como científico qué es lo que más le impresiona de ellos?

A primera vista, lo que más impresiona de las pirámides a la mayoría de las personas es su tamaño colosal. Sin embargo, lo realmente impresionante es imaginar todo el proceso de elaboración del proyecto constructivo y la organización de toda la logística necesaria para llevarlo a buen fin. En eso los egipcios nos dieron una auténtica lección, pues supieron alcanzar grandes logros con medios muy rudimentarios.

-Las pirámides que contenían los restos de los faraones formaban parte de amplios complejos funerarios, con templos o pirámides menores. ¿Puede explicarnos la composición y características de estos complejos?

La pirámide no es más que una parte de un amplio complejo funerario en el que además de ésta existen otras estructuras imprescindibles: la pirámide satélite para el ka del faraón, el templo funerario para el culto del difunto faraón, la larga calzada ceremonial, y el templo del valle al cual se accede por medio de un canal comunicado con el Nilo. Además, asociado al complejo podemos encontrar pirámides de reinas y necrópolis de familiares y altos funcionarios contemporáneos.

-Además, las pirámides son estructuras de una gran precisión arquitectónica. ¿Cómo se distribuían? ¿cuáles eran las cámaras, los pasadizos, etc qué componían estas auténticas obras de ingeniería?

La más perfecta de las pirámides fue la Gran Pirámide, construida para el rey Khufu (Keops) hace más de 4500 años. Se calcula que fue construída a partir de 2.500.000 bloques de piedra caliza con un peso medio de 2,5 toneladas y colocados en 214 hiladas. Su base, de 230 metros de lado, ocupa una superficie de 53.000 m2, y originalmente alcanzaba una altura cercana a los 147 metros. Las cuatro caras de la pirámide estaban revestidas de una blanca caliza de excelente calidad, talladas para crear paredes lisas de 51º50’ de inclinación. Los lados de la pirámide se orientan a los puntos cardinales, con un error medio de 3’ de arco. Además, el error de horizontalidad de la plataforma que sirve de base a la pirámide es de 2.1 cm.

En el interior de la Gran Pirámide existen varios corredores y cámaras conectados entre sí por falsos techos y suelos u obturados por grandes bloques o losas de granito. El pasillo más largo, el corredor descendente, supera los 100 metros de longitud, y a través de él se accede a una cámara subterránea excavada en la roca madre. A través de otro pasillo ascendente que partía del anterior se accedía a un punto desde el que un pasillo horizontal conducía a la llamada cámara de la reina, donde probablemente se custodiaba una estatua del faraón. En el lugar donde acaba el corredor ascendente se inicia una de las estancias más espectaculares, la Gran Galería, una sala con bóveda por aproximación de hiladas que supera los 8 metros de altura y 46 metros de longitud. Tras ésta, se abre finalmente la cámara sepulcral, de 10 x 5 metros y casi 6 metros de altura, recubierta totalmente de granito.

-El Museo de las Ciencias acoge en estos momentos la exposición 'Indiana JonesTM y la Aventura de la Arqueología' en la que se exhiben varias piezas de la cultura egipcia como una estela funeraria, ¿Por qué estas estelas solían ir inscritas con oraciones o fórmulas mágicas para ser recitadas por los visitantes?

El olvido es la muerte del individuo. La pronunciación de su nombre y el otorgamiento de ofrendas suponía un recuerdo de su existencia y, por tanto, revivirlo. Las estelas lograban así este cometido.

-En la exposición ‘Indiana JonesTM y la Aventura de la Arqueología’ el visitante del Museo de las Ciencias también halla un fragmento de papiro del ‘Libro de los muertos’. ¿Qué es el ‘Libro de los muertos’? ¿Qué papel cumplía?

El llamado Libro de los Muertos, titulado por los egipcios Libro de la salida al día, es una recopilación de fórmulas y encantamientos que servían para facilitar la existencia del difunto en el más allá. A través de casi 200 fórmulas, muchas acompañadas por viñetas explicativas, el propietario del libro conocía desde los nombres de las puertas y de los demonios que le interrumpían el paso hasta cómo conservar sus miembros o cómo conseguir un juicio favorable en el tribunal de Osiris.

-Desde el punto de vista del arqueólogo, ¿cómo valora las piezas procedentes de Eqipto que el público puede admirar en la exposición ‘Indiana JonesTM y la Aventura de la Arqueología’?

A través de estas piezas, conociendo su significado, uno puede acercarse más a la antigua cultura egipcia y comprender así mejor las creencias y tradiciones de los egipcios.

-Los habitantes del Antiguo Egipto creían en la vida después de la muerte. ¿Cuáles eran sus creencias en este campo, qué deidades estaban implicadas?

En el mundo de la muerte la principal divinidad era el dios Osiris, como dios de los muertos. Los egipcios creían en una vida después de la muerte terrenal y en ella también desempeñaban un papel importante dioses como Anubis, Upuaut y la propia Isis. Son innumerables los dioses vinculados al más allá. Tengamos en cuenta que en la tumba de Tutmosis III se ofrece una lista con 743 dioses del inframundo.

-¿Qué rituales seguían cuando se producía una muerte para asegurar esta inmortalidad tras el fallecimiento o este paso a la otra vida?

Tras la muerte, se preparaba el cuerpo del difunto, momificándolo. De este modo pensaban que el individuo podría viajar al más allá y que su ba podría reconocerlo. La momificación era un ritual lento y complejo. Entre los vendajes se depositaban amuletos para ayudar a la persona en el tortuoso camino que le esperaba. Setenta días después de la muerte, llegaba el momento de introducirlo en la tumba. En ese momento se realizaba un ritual muy importante, la apertura de la boca. Gracias a éste se le confería vida a la momia y ya podía entrar a su tumba y al reino de Osiris.

-Esta creencia de otra vida después de la muerte conllevaba que los egipcios fueran enterrados con ajuares funerarios. En el caso del Faraón, estos ajuares eran más lujosos. ¿En qué solían consistir los ajuares funerarios?

La tumba de Tutankhamón, hallada intacta, nos sirve para entender qué se llevaban los faraones a su tumba: carros de guerra, arcos, flechas, boomerangs, bastones, escudos, armaduras, ropa, juegos de sábanas, juegos de mesa, camas rituales, estatuas de divinidades, joyas de todo tipo (anillos, pulseras, pectorales, etc.), cajas de comida, cestos de cereales y frutos secos, vino, aceite, regalos de amigos y familiares, figurillas funerarias, caja para los canopos, un juego de 4 sepulcros, un sarcófago y tres ataúdes, sillas, taburetes, tronos, cerámica variada, encendedores y antorchas, perfumes y resinas, amuletos, lámparas, modelos de embarcaciones, instrumentos musicales… y un largo etcétera.

-A pesar de las creencias, el que el Faraón estuviera enterrado junto con tesoros despertaba la codicia de gente ¿ha llegado hasta nuestros días la noticia de algún ‘gran robo’?

Sí, principalmente de la dinastía XX se han conservado papiros judiciales que nos informan de cómo se realizaron los interrogatorios a los ladrones y cómo estos declararon el modo en que entraron y saquearon tumbas de reyes y cortesanos.

-Aventurarse a entrar en las majestuosas pirámides suponía exponerse a un gran peligro ¿A qué tipo de trampas se enfrentaban?

Las trampas son más bien invenciones de Hollywood. Para impedir el paso de los ladrones los arquitectos egipcios camuflaban los accesos con falsos techos y suelos o bloqueaban el paso por medio de profundos pozos o con grandes losas o bloques de granito, piedra que por su dureza ofrecía más resistencia.


-En la actualidad, ¿Cuáles son los principales retos para la egiptología? ¿Quedan muchos misterios por descubrir?

A los egiptólogos no nos gusta hablar de misterios, sino de cuestiones por resolver. Aún nos queda mucho por saber del antiguo Egipto, en el campo de la cronología, de la técnica, de la sociedad, de la economía, de la religión, etc. En todos los campos se producen avances gracias a nuevos descubrimientos o nuevas interpretaciones, pero el reto es siempre el mismo, saber más de todo.