L’Oceanográfic exhibe desde la pasada semana dos ejemplares de belugas o ballenas blancas, que se espera que se reproduzcan en cautividad y con los que se desarrollará un proyecto de investigación de bioacústica.



Estos dos mamíferos del grupo de los cetáceos, un macho de 4 metros de longitud y 817 kilos de peso, y una hembra de 3,43 metros y 491 kilos, llegaron la madrugada del pasado 4 de julio a Valencia procedentes del acuario de Mar de Plata, en Argentina, y fueron sometidos a reconocimiento veterinario.



Un equipo de biólogos y veterinarios atendió a las belugas durante su traslado en un avión de carga, en un vuelo de doce horas en el que viajaron apoyadas en una camillas instaladas sobre una superficie húmeda. Además, su piel fue recubierta permanentemente con hielos.



El acuario del Artico es el lugar donde se exhiben ahora el macho, de unos 10 años y con el característico color blanco de las belugas adultas, y la hembra, de unos 6 o 7 años y que todavía tiene un color grisáceo. Al nacer, las belugas tienen color marrón oscuro.



Francisco Torner, biólogo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, explicó que estos mamíferos son ‘entrañables para el público por la expresividad de su rostro. Pueden realizar varias expresiones faciales al alterar la forma de su frente y labios, con lo que parece que sonríen, fruncen el ceño o silban’.



Además, ‘son animales muy curiosos y sacan la cabeza del agua para mirar alrededor. A diferencia de otros muchos cetáceos, sus cuellos son flexibles, lo que les permiten bajar y girar la cabeza hacia los lados’.



Las belugas también son conocidas como canarios de mar debido a la gran variedad de sonidos (vocalizaciones) que emiten bajo el agua.



El amplio repertorio acústico que emiten forma parte de una sofisticada forma de comunicación entre los individuos. Normalmente cuando cantan nadan boca arriba. Los sonidos que emiten se pueden escuchar tanto dentro como fuera del agua.



En relación a su repertorio acústico, L’Oceanográfic va a desarrollar un proyecto de investigación de Bioacústica, que tiene como finalidad estudiar el comportamiento acústico de las belugas en cautividad.



Se trata de una línea de investigación cuyos beneficios tienen una implicación directa con la mejora del bienestar en cautividad de estos animales, así como con la gestión de las poblaciones naturales.



Según Francisco Torner, esta línea de investigación, en la que también participará la Universitat de Valencia, es de especial relevancia a nivel internacional, tanto por los pocos centros que son capaces de desarrollarla como por la importancia que pueden adquirir de sus conclusiones.



En el acuario del Ártico, las belugas estarán acompañadas antes de final de año de cuatro morsas que llegarán procedentes del zoológico de Moscú.



El director de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, José Manuel Aguilar, manifestó que la llegada de las belugas supone la incorporación a l’Oceanográfic de ‘una especie emblemática, porque no es habitual en este tipo de recintos’, el desarrollo de ‘un proyecto puntero de investigación’ y ‘la demostración de la capacidad de nuestros equipos para las operaciones de traslado’.



Aguilar avanzó que al inicio del próximo curso escolar se abrirá el edificio educativo y de investigación de l’Oceanografic, en el que se presentará a los escolares la oferta didáctica de los diferentes acuarios