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La beluga nacida en el Oceanográfico muere a los veinticinco días de su nacimiento

Las razones exactas del fallecimiento todavía se desconocen, aunque un equipo de veterinarios está estudiando el caso junto con expertos de otros países. En cualquier caso, en las últimas horas se detectó un brusco desequilibrio de diferentes parámetros sanguíneos. Este episodio es muy probablemente consecuencia de la muy difícil adaptación de la joven beluga a una alimentación artificial, a la que se tuvo que recurrir dada la inexperiencia de la madre “Yulka”, y a las dificultades motoras que presentaba la cría, que nunca llegó a alimentarse directamente de su madre. La ausencia de lactación directa ha impedido un desarrollo adecuado y ha favorecido la aparición de enfermedades infecciosas y metabólicas.

En cualquier caso, desde el momento en que se certificó la gestación, ya se conocía que las probabilidades de supervivencia del pequeño eran muy bajas. En medio natural y entre crías de hembras primerizas, como “Yulka”, la mortandad de los recién nacidos llega a un 58% en los primeros meses de vida.

Pese a este pronóstico, los trabajadores del Oceanográfico de la Ciudad de las Artes y las Ciencias se encuentran muy abatidos por las esperanzas que todos habían puesto en este acontecimiento único. El esfuerzo realizado por los técnicos de este Centro ha sido ingente, dada la necesidad de vigilar y alimentar al pequeño de forma continua. Se ha contado con la asesoría de diferentes Centros de Canadá y Estados Unidos que se han enfrentado a problemas similares y que habían advertido sobre las enormes dificultades para sacar adelante este ejemplar.

En estos momentos, y para intentar compensar la pérdida del pequeño, los cuidadores de la madre han comenzado a desarrollar mayor actividad con “Yulka”. Durante algunos días se atenderá a su comportamiento y se procederá a unirla de nuevo con “Kairo”, el macho que la acompaña en la instalación. El edificio de “Ártico”, que ha permanecido cerrado desde el nacimiento, se abrirá de forma inmediata al público.

Por último, y pese al desafortunado pero en cierta medida esperado desenlace, cabe destacar que la gestación y nacimiento de este cetáceo ha sido un enorme hito para la conservación de las belugas y ha permitido obtener infinidad de datos para la compresión de la biología de estos animales y el éxito reproductivo de esta especie en éste y otros Centros. Por otra parte, supone que los ejemplares presentes en el Oceanográfico reciben una atención óptima. Los técnicos del centro esperan que la experiencia adquirida por la madre en este período sea útil para que en la próxima ocasión, el desarrollo de la futura cría no presente los contratiempos observados en este caso.

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