A su llegada al Oceanográfico, las primeras actuaciones que se realizan a la cría, que mide 1,29 centímetros y pesa 25 kilogramos, incluyen la recolocación e inmovilización de los huesos fracturados, así como la rehidratación y alimentación con leche maternizada enriquecida, especialmente adaptada a esta especie. Se ha organizado un sistema de vigilancia en el que participan veterinarios y cuidadores del Oceanográfico así como voluntarios del Centro de Recuperación del Saler, Universidad de Valencia y Universidad Católica de Valencia con el fin de atender las necesidades del animal en lo que se refiere a administración de medicamentos y alimentos, así como la toma y procesamiento de muestras.
La cría fue encontrada junto a su madre, que falleció durante el traslado a las instalaciones del Oceanográfico ya que se encontraba extremadamente delgada y enferma. Esta acción se enmarca, entre otras, en el Convenio que el Oceanográfico mantiene con la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda, en coordinación con la Universidad de Valencia.