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¿Qué le preguntarías a un Neandertal?

El Museo de las Ciencias acoge, hoy jueves, 9 de febrero, la conferencia ‘Conversaciones con un Neandertal', dentro del ciclo ‘A ciencia cierta', patrocinado por Cafés Lavazza, de acceso libre y gratuito, previa inscripción.

A partir de las 19:30 horas, en el Auditorio Santiago Grisolía, el Catedrático de Prehistoria de la Universitat de València, Valentín Villaverde, rastreará los vestigios de nuestros antepasados los neandertales y reconstruirá esta fascinante e hipotética entrevista de la que todos somos parte interesada.

En esta conferencia el historiador expondrá como los neandertales y los primeros hombres anatómicamente modernos, conocidos como cromañones, convivieron varios milenios y el contacto entre ambos pudo dar lugar a procesos de aculturación y de asimilación distintos en diferentes lugares. Además, el armamento de estos cromañones era más sofisticado, estando, en lo relativo a la supervivencia, “el éxito de parte de los más avanzados, con mayor complejidad cultural y capacidad adaptativa”.


Conociendo a los Neandertales

Tal como explica Villaverde, la diferencia básica entre los primeros hombres anatómicamente modernos y los Neandertales está en su morfología ósea. “Estas diferencias se hallan en las extremidades, más cortas por la menor longitud del antebrazo y tibia; o el tronco más robusto y cilíndrico, como consecuencia de la forma de las costillas y caderas; y la cabeza, más alargada a causa del chignon occipital”.

En referencia a la forma de comunicación de los neandertales, Villaverde destaca que factores como “la amplitud territorial de los neandertales, la existencia de ritos de enterramiento de sus muertos, la capacidad de uso de objetos de adorno y simbólicos, constituyen elementos contrastados que se explican a través de la existencia de un lenguaje de componente simbólico”.

Al respecto, añade que se puede considerar que “las formas de comunicación en los neandertales fueron muy distintas de las que caracterizan la comunicación de los simios y muy cercanas a las de los lenguajes actuales”.

Los neandertales fueron cazadores-recolectores, con capacidad para cazar grandes herbívoros y pequeñas presas. Además consumían animales marinos, como moluscos, y diversos alimentos vegetales.

“De acuerdo con este tipo de economía, y en relación con su nivel tecnológico, la alta movilidad territorial constituyó, sin duda alguna, el rasgo más distintivo de los neandertales” subraya este experto.

Esta especie habitó Europa durante centenares de miles de años, hasta hace 30.000 años y los motivos de su extinción son aún un misterio. Según Villaverde, en su desaparición influyeron factores climáticos, demográficos y eventos catastróficos producidos en Europa en fechas próximas a la llegada de los primeros humanos anatómicamente modernos.

En este sentido apunta que “la razón más que en las limitaciones cognitivas de unos frente a otros, hay que buscarla en las diferencias de orden histórico, demográfico y social que se asocian al proceso de expansión de las poblaciones de los humanos modernos y su cultura”.


‘Bosque de cromosomas’

Los neandertales poseían una cabeza mayor, eran más robustos y tenían la faz prominente, eran inteligentes, daban valor simbólico a los objetos,… Siendo no tan diferentes de nuestros ancestros, sentados en una mesa y vestidos con ropa actual podrían pasar por uno de nosotros, tal y como plantea el módulo dedicado al cromosoma 2 de la exposición ‘Bosque de cromosomas’ en el Museo de las Ciencias.

Y es que la formación del cromosoma 2, a partir de otros dos ancestrales, es una de las alteraciones genéticas que pudo dar origen al grupo humano. Este cromosoma procede de la fusión de otros dos que poseían antepasados del ser humano. En la evolución de los grandes simios no sucedió esta fusión, por lo que tienen una pareja más de cromosomas que los humanos.

Desde que Watson y Crick descubrieron la estructura del ADN, la biología y la genética han dado pasos de gigante en apenas unas décadas. En esta exhibición 23 pares de cromosomas gigantes representan el genoma de la especie humana. Paseando por este bosque es posible descubrir aspectos sobre el ser humano, su cuerpo y su evolución.

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