Oficial naval, explorador, cineasta, fotógrafo, escritor, inventor…Pero, sobre todo, gran defensor de los ecosistemas marinos. Su imagen la recordamos a bordo del mítico Calipso, con su gorro rojo siempre enfundado y el entusiasmo incansable del que disfruta con lo que hace, que no era otra cosa que amar el mar y protegerlo de las adversidades, lo que le llevó en 1973 a crear la Sociedad Cousteau para la protección de la vida oceánica, presidida por su viuda Francine Cousteau.
Jacques-Yves Cousteau comenzó a explorar los océanos y mares del planeta en los años 40. En esa época inventó junto al ingeniero Émile Gagnan el regulador de buceo autónomo que acababa con las limitaciones de movilidad de las escafandras comunes y permitía desplazarse con mayor libertad por los fondos marinos.
Ya en la década de los 50 y tras retirarse de la marina francesa como oficial, decidió retratar sus experiencias subacuáticas y contarlas a la cámara en ‘El Mundo del Silencio’, el primero de los 115 documentales que rodó en casi todos los rincones del mundo y que forman parte de su legado junto con más de un centenar de libros. La Antártida, Thailandia, Haití, Cuba, Madagascar, Australia, Nueva Zelanda, Indonesia o el río Mekong son sólo algunas de las localizaciones.
Entre las muchas distinciones que recibió a lo largo de su vida están la Gran Cruz de la Orden Nacional del Mérito, Comandante de la Orden de las Artes y de las Letras -ambas en Francia-, o la Medalla de Oro Especial de la National Geographic Society en 1961.
El mensaje de conservación del universo submarino que transmitió Cousteau coincide con el que intenta trasladar el Oceanogràfic al público que visita sus instalaciones. Para ello, el complejo marino cuenta con un programa de educación e investigación dirigido a divulgar e investigar el medio marino, al apoyo de la recuperación y rehabilitación de fauna y flora protegida, de manera que pueda contribuir a la conservación medioambiental y la biodiversidad del planeta.
El Edificio de Educación e Investigación del Oceanogràfic alberga el laboratorio destinado a las labores de conservación de especies marinas como los cetáceos, así como aulas especiales donde se realizan actividades educativas sobre el mundo marino. Además, junto a este Edificio, se ubica el ARCA DEL MAR, Área de Recuperación y Conservación de Animales del Mar.
Dentro del ámbito educativo, el Oceanogràfic oferta una educación formal, concebida y dirigida al segmento escolar, y educación no formal, información con contenidos bioeducativos destinada al público en general, como «Los Cursos del Oceanogràfic». Por su parte, las actividades específicas para los escolares desde Primaria a Bachillerato se enmarcan en diferentes opciones de visita: visita libre, visita guiada y aulas taller. Además, fuera del horario escolar también se realizan actividades educativas y formativas, como la «Escuela de Verano».
La inducción ovárica en la tortuga, la creación del primer banco de tejidos de especies marinas del Mediterráneo, o el proyecto de evaluación del impacto ambiental en la Antártida, son algunas de las líneas de investigación en marcha del Oceanogràfic, que también desarrolla una terapia asistida con delfines, estudios bioacústicos en las belugas y colabora en el programa de detección de cetáceos en el litoral de la Conselleria de Medio Ambiente.
Por otra parte, el Oceanogràfic cuenta en la instalación ‘Mediterráneo’ con un espacio con paneles gráficos sobre Jacques-Yves Cousteau. En concreto, hacen referencia a los experimentos Precontinent, de Cousteau, y Sealab, de G.Bond, que demostraron en la década de los años 60 y 70 q el hombre puede vivir durante meses bajo el mar. Asimismo, encontramos un extracto de uno de sus libros, ‘El mar viviente’ (1964): “El principal objetivo de mi vida ha sido liberar al hombre de los vínculos que lo retienen en la superficie, permitiéndole escapar a sus límites naturales, respirar en un mundo irrespirable y resistir presiones cada vez mayores. Y no solamente colocar al hombre en ese ambiente nuevo, sino adaptarlo a él, enseñándole a explorarlo, a subsistir, a sobrevivir y a estudiar lo que le rodea”.
Además, en 2004, el Oceanogràfic organizó un programa de actividades en torno a la figura de Cousteau. En concreto, albergó en sus instalaciones la exposición ‘Ingenieros del Mar’, una conferencia a cargo del jefe de expediciones de la Sociedad Cousteau, Jean M. Jaubert, así como la película ‘Retorno al mundo del silencio’, que fue proyectada en el Auditorio Mar Rojo durante el tiempo que permaneció en el Oceanogràfic la exposición, del 14 de julio al 8 de agosto.
La exposición mostraba a través de soportes gráficos los resultados de la última Expedición Cousteau al Mar Rojo, que se llevó a cabo en 2003, y de material propio de la Sociedad Cousteau.
Valencia fue en aquella ocasión la única ciudad en España donde se pudo ver esta muestra, que también recorrió Mónaco, Milán, Nueva York, Londres o Munich. La inauguración en Valencia contó con la presencia de la viuda del comandante y presidenta de la Sociedad Cousteau, Francine Cousteau, además del jefe de expediciones de la Sociedad Cousteau, Jean M. Jaubert, que ofreció una conferencia el 13 de julio.
