El 26 de junio de 1819, a William K. Clarkson Jr, de Nueva York, se le otorgó la primera patente de ‘velocípedo’. Fue uno de los primeros vehículos con dos ruedas de similar tamaño, propulsado hacia delante al empujar los pies contra el suelo.

La bicicleta es uno de los medios de transporte más populares, además de un completo deporte que practican, cada vez más, un gran número de personas, tanto profesionales como aficionados.

Las primeras referencias que se tienen de este ingenio se remontan a jeroglíficos egipcios y a la Antigua Roma, aunque parece ser que fue en China donde nació la idea de un vehículo de dos ruedas impulsado por el movimiento de las piernas.

Hasta hace poco tiempo, se pensaba que la primera bicicleta creada era el celerífero en 1791, pero no fue hasta 1816 cuando apareció la primera máquina andante, que incorporaba un sillín en su estructura de madera, un freno por rozamiento y un rudimentario manillar que permitía girar la rueda delantera. Se le conoce con el nombre de Draisiana, en reconocimiento a su inventor, el alemán Karl Friedrich von Drais.

Después vendría la bicicleta a pedales (1838), el velocípedo de rueda alta (1870), la bicicleta de seguridad (1887) y la bicicleta moderna, en el siglo pasado. Desde entonces, no se han producido grandes cambios con respecto a su diseño, aunque se perfeccionaron aspectos relacionados con su resistencia, estabilidad o comodidad. Es en este periodo, concretamente a mediados de los años 70, cuando surge la bicicleta de montaña.

En el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, el visitante puede contemplar una muestra de algunos de estos modelos de bicicleta, además de conocer con más detalle su historia y evolución a través de paneles, imágenes y reproducciones a escala real de diferentes tipos de bicicletas.

La exposición ‘Sobre ruedas’ reúne 21 bicicletas de 6 clases diferentes. Velocípedos, tamdem o triciclos son algunos de los modelos que podemos ver en este espacio de la Calle Mayor del Museo.