El 15 de noviembre de 1974 pasará a los anales de la historia como la fecha en la que se produjo el “bautismo espacial” español con la puesta en órbita del primer satélite español, el INTASAT. Lanzado de polizón en un cohete DELTA de la NASA, y con una vida útil de dos años, el INTASAT se encargó del estudio de los electrones en la ionosfera mediante el llamado efecto FARADAY (fenómeno de perturbación que sufren las ondas de radio al penetrar en esa capa de la atmósfera).

En la exposición “Gravedad Cero” del Museo vas a encontrar espectaculares imágenes inéditas del espacio junto con un repaso a las misiones espaciales actuales y futuras de la Agencia Espacial Europea (ESA) en ámbitos como la observación de la Tierra y la meteorología; las comunicaciones y la navegación por satélite; los lanzadores, vuelos tripulados y laboratorios espaciales y la exploración del sistema solar y del espacio profundo. Todo ello ilustrado con gran cantidad de fotografías tomadas por el telescopio espacial Hubble durante sus 20 años en órbita, que ha servido para capturar entre otras cosas, impresionantes imágenes de estrellas, planetas y galaxias.

Una parte de la muestra está dedicada a los cohetes espaciales de la ESA. Las réplicas a escala 1.4 del Ariane, Soyuz y Vega permiten al visitante conocer las funciones que cumplen estas naves, transportar satélites y liberarlos en el espacio, o trasladar astronautas y diverso material desde la Tierra a la Estación Espacial Internacional (ISS).

Una campaña de lanzamiento del Ariane 5 por ejemplo, suele durar cinco semanas aproximadamente. Durante las primeras semanas el cohete se revisa y se prepara. Un día antes del despegue la nave se transporta por unos raíles hasta la plataforma de lanzamiento que se encuentra a 12 kilómetros del Centro de Control desde donde se realiza la cuenta atrás. El ascenso a través de la atmósfera se supervisa con mucho detalle ya que es uno de los momentos más críticos y peligrosos. Cuarenta minutos después la nave espacial ya está en órbita.

La maqueta del satélite artificial Cluster es otro de los elementos que el público tiene la oportunidad de conocer. Está compuesto por cuatro partes más o menos iguales parecidas a tambores, y por eso los científicos de la ESA les pusieron los divertidos nombres de: ‘Salsa’; ‘Samba’, ‘Rumba’ y ‘Tango’. En el año 2000 se lanzó este satélite que ha estudiado los fenómenos de las auroras boreales y australes, y ha descubierto que la Tierra y otros planetas emiten señales de radio naturales muy potentes. Si podemos detectar estas emisiones, las de nuestro planeta son 10.000 veces más intensas que la señal del radar militar más potente, a los científicos les será más fácil localizar nuevos planetas en la inmensidad del Universo.

Otro de los principales atractivos de “Gravedad Cero” es la sala de proyecciones donde el visitante puede experimentar la sensación de volar por el espacio. Una sucesión de imágenes increíbles tomadas por las misiones de la ESA le llevaran en un viaje de exploración del espacio para, desde esta nueva perspectiva, redescubrir la Tierra y dejarse llevar por la extraordinaria belleza que nos ofrece la contemplación del espacio.