El 22 de noviembre de 1904 nacía Louis Néel, autor de importantes descubrimientos relacionados con el magnetismo y que fue galardonado en 1970 con el Premio Nobel de Física. La exposición “Marvel Superhéroes” en el Museo de las Ciencias invita al visitante a sumergirse en el mundo del cómic y descubrir cómo los superhéroes incorporan la ciencia en sus aventuras.

Uno de ellos es Magneto, un mutante con el poder sobrehumano de dar forma y manipular campos magnéticos. Sus poderes con una inmensa exageración del control sobre el magnetismo que todos tenemos. Porque, aunque a un nivel humano insignificante, nosotros también podemos controlar campos magnéticos.

Un imán es un trozo de hierro o de otro material que atrae a otros trozos de hierro o de acero. En los materiales magnéticos, los átomos se agrupan formando pequeñas zonas llamadas dominios. Cada dominio es el imán más pequeño posible. En general, los dominios apuntan en distintas direcciones y se anulan unos a otros. No obstante, cuando están expuestos a un fuerte campo magnético, por ejemplo el creado por el paso de una corriente eléctrica a través del material, se alinean todos en la misma dirección. Y entonces en vez de anularse unos a otros los campos magnéticos de todos los dominios se suman…hasta formar un imán.

En los imanes naturales de hierro, los dominios magnéticos están orientados de forma natural de manera permanente. En la zona dedicada a Magneto de la exposición “Marvel Superhéroes”, el público puede observar algunos principios básicos de los imanes: siempre hay un polo Norte y un polo Sur en un imán, si rompes un imán por la mitad sigue teniendo dos polos, los polos iguales se repelen y los opuestos se atraen, la atracción o repulsión es más fuerte cuanto más juntos están los imanes, la fuerza del imán varía en los diferentes puntos del mismo y que la mayor fuerza se da en los polos.