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Carlos Palau Salvador: ‘Internet of Things (IoT) ya ha cambiado nuestra vida y no sólo tenemos los cinco sentidos básicos’

Quizás en un futuro no tan lejano, nada más despertar, nuestra cama interconectada 'avisará' a otros objetos: la tostadora se pondrá en marcha para preparar el desayuno y perchas inteligentes nos aconsejarán sobre la mejor opción para vestir según el tiempo, mientras que nuestro móvil registrará cómo nos encontramos y la nevera señalará los menús adecuados según estos datos de salud e incluso puede que haga por nosotros la compra… Parece el inicio de una película de ciencia ficción pero en el mundo actual sabemos qué tiempo hace a través de alertas en el móvil y hay coches que avisan de la situación del tráfico y duración del viaje. Incluso ya existen neveras 'inteligentes'. Es el Internet de las Cosas, del que hablamos con el experto Carlos Palau Salvador, del Departamento de Comunicaciones de la Universitat Politècnica de València (UPV). Con esta nueva tecnología, protagonista de la próxima revolución digital, 'podemos interactuar con el entorno con información y medios más precisos y variados', señala el coordinador de uno de los proyectos más importantes que existen en la actualidad sobre IoT a nivel europeo: el proyecto H2020 INTER-IoT, que lidera la UPV. 

¿Qué es el Internet de las Cosas? ¿Es ya una realidad, se sabe el número de objetos comunes que ya están conectados?

Internet de las cosas o Internet of things, consiste en extender la Internet actual introduciendo dispositivos aislados y autónomos que se  comunican. Es decir pasamos de la Internet basada en las personas que emplean ordenadores y teléfonos para comunicarse con otras personas o con servicios y procesos, para pasar a un entorno en el que trillones de dispositivos van a introducir datos que van a ser consumidos por otros dispositivos, personas o servicios. Esto da un grandísimo potencial. Internet de las cosas es ya una realidad, hay cosas que ajustar como  es el caso de la interoperabilidad para resolver el problema de la heterogeneidad, los silos de los mercados verticales o la ausencia de estándares. Es difícil determinar el número de dispositivos conectados, ya que hay muchos que están conectados en entornos privados, y los datos no se comparten, se habla de billones según los diferentes estudios publicados, y hay un grupo de investigadores que indican que para 2020 habra más de tres trillones de dispositivos conectados.

¿Y cómo se logra que esos objetos estén conectados a la red?

La conexión de los equipos a la red es lo más simple de todo el entorno, se trata de usar el mismo protocolo que empleamos todos en Internet el protocolo IP, y conectar a los dispositivos a través de un router, con un concepto similar al empleado en las redes domésticas. La principal diferencia es que la versión del protocolo es IPv6, que es la evolución de IPv4 que empleamos normalmente. Los routers son pasarelas que además de contar con conectividad WiFi como las domésticas, cuentan con otros protocolos de acceso. Pero al final lo básico, la arquitectura es similar.

 ¿Qué aplicaciones tendrá en la vida real? ¿De qué manera cambiará nuestra vida?

Las aplicaciones en la vida real son infinitas, desde la gestión de la salud, la monitorización de nuestros hábitos de vida como la 
realización de la compra diaria, optimización del transporte de bienes y personas,… Cualquier acción en la que podamos consumir información de un sensor o múltiples sensores es aplicable. Un ejemplo es que hoy nadie sale a la calle sin acceder a una aplicación meteorológica que consume datos de sensores o coge el coche sin ver el estado del tráfico, estos dos tipos de servicios se nutren de información de Internet de las Cosas. Nuestra vida ya la ha cambiado, y la explicación más sencilla es que pasamos a contar con más sentidos, ya no sólo tenemos los cinco sentidos básicos. Podemos interactuar con el entorno con información y medios más precisos y variados.

Un futuro donde los objetos comunes pueden analizar e intercambiar información sobre las personas y sus rutinas, plantea preguntas  sobre ciberseguridad ¿cómo se podrá proteger la privacidad y evitar un mal uso de esos datos?

La seguridad, la privacidad y la confianza son elementos claves de Internet de las cosas, y posiblemente sea uno de los problemas que está reduciendo su implantación. Son dispositivos pequeños, con poca capacidad de cálculo y que no van a poder realizar grandes esfuerzos desde el punto de vista de seguridad. Es decir son vulnerables, hay soluciones y se aplican pero nos podemos encontrar con multitud de ataques.La privacidad es un aspecto peligroso, por eso en multitud de aplicaciones y servicios se suelen anonimizar los datos o plantear medidas de protección para que no sea posible la captura de información sensible como por ejemplo posición o datos médicos. De todos modos son aspectos que están investigándose en la actualidad y en los próximos años tendremos resultados que nos permitirán ser más robustos y seguros.

 Usted es el coordinador de uno de los proyectos más importantes que existen en la actualidad en este ámbito a nivel europeo: el proyecto H2020 INTER-IoT ¿En qué consiste?

INTER-IoT es un proyecto financiado por la Comisión Europea, es un proyecto colaborativo con 14 socios, de los cuales 4 son españoles, y en concreto valencianos, lo que supone un 45% del presupuesto lo que es muy relevante para España y para la Comunidad Valenciana. El proyecto está liderado por la UPV. El objetivo del proyecto es proporcionar herramientas y mecanismos para garantizar la interoperabilidad entre diferentes plataformas de una forma cómoda y sencilla. Es una de las principales carencias de IoT, ¿cómo compartimos los datos procedentes de sensores entre diferentes gestores de plataformas IoT? si lo hacemos sencillo será más fácil que accedan a la compartición de la información y de esta forma se abre un abanico enorme para el desarrollo de nuevas aplicaciones y servicios en diferentes dominios de aplicación y entre dominios también.

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